En plena pausa del gobierno federal, la vista de bulldozers irrumpiendo en el Ala Este de la Casa Blanca ha dejado boquiabiertos a muchos en Washington. Lo que parecía un pequeño proyecto de remodelación se ha transformado en un despliegue faraónico: Donald Trump planea construir un salón de baile de 90,000 pies cuadrados, financiado con $250 millones propios, y con capacidad para 999 invitados cuando termine su mandato. Una remodelación que, dicen algunos, mezcla audacia con polémica.

Demolición sin precedentes

Axios reportó que la demolición del Ala Este, mucho más extensa de lo planeado, se está llevando a cabo sin la aprobación formal de la National Capital Planning Commission (NCPC), que usualmente supervisa los edificios gubernamentales en Washington. Incluso, la White House Histor

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