Durante cuatro horas, el quirófano del King’s College Hospital de Londres fue también una sala de conciertos , pues Denise Bacon, de 65 años, tocó el clarinete mientras los cirujanos implantaban electrodos en su cerebro . No era una excentricidad médica, sino parte de una operación que buscaba aliviar los síntomas del Parkinson que la había obligado a abandonar su instrumento hacía cinco años.
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La escena fue cuidadosamente planificada: el neurocirujano Keyoumars Ashkan y su equipo le aplicaron anestesia local para adormecer el cuero cabelludo y el cráneo —el cerebro no tiene receptores del dolor—, de modo que pudiera permanecer consciente durante la cirugía. Mientras colocaban los el