Chinchilla de Montearagón es un ejemplo palpable de cómo la justicia, la paz y la participación ciudadana pueden convertirse en el motor de una comunidad unida. En este municipio, los valores del ODS 16 se reflejan en la vida cotidiana, donde las instituciones están cerca de la gente y escuchan sus necesidades, promoviendo así un ambiente de respeto y colaboración.

El alcalde Francisco Morote destaca que gobernar “desde la escucha” ha sido clave para fortalecer la implicación de los vecinos en las decisiones municipales y para mejorar la convivencia. El patrimonio local, cuidado y valorado, no solo representa la identidad del pueblo, sino que también actúa como punto de encuentro y cohesión social.

Las asociaciones y el Centro de la mujer juegan un papel fundamental en la prevención del

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