El Celta dejó sus penas ligueras a un lado y este jueves sumó su segundo triunfo europeo frente al Niza (2-1), en un duelo condicionado por la infantil expulsión del capitán del equipo francés Jonathan Clauss en la recta final del primer tiempo.
Al minuto de juego, Iago Aspas desató la locura en Balaídos con un espectacular golpeo desde la frontal que situó el balón en una escuadra de Diouf. La noche en la que celebraba otro hito -ser el futbolista del Celta con más partidos oficiales disputados (534)-, el capitán brindó su enésima obra de arte al celtismo.
Pero su equipo no transmite buenas sensaciones, ni tan siquiera con un resultado a favor. El Celta ha perdido las señas de identidad que lo caracterizaron el curso pasado y su fragilidad defensiva le sigue penalizando.
El tanto d

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