La Federación Internacional de Automovilismo confirmó que el pasado 3 de junio sufrió un ataque informático en el que se filtraron datos confidenciales de varios pilotos de Fórmula 1 , entre ellos los de Max Verstappen.

Cuatro meses después del incidente, la FIA dio a conocer su versión de los hechos, argumentando que se trató de un ejercicio destinado a poner a prueba las vulnerabilidades de la organización.

El trabajo estuvo a cargo de Ian Carroll, fundador de Seats, una empresa dedicada a la investigación en seguridad informática.

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Hackearon la página web de la Superliciencia de los pilotos

Con el objetivo de poner a prueba la seguridad de la Federación, Carroll decidió intentar acceder al sitio web de C

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