China no es la única potencia que avanza hacia la dominación digital bajo argumentos como evitar fraudes, proteger datos, reducir burocracia, salvar a la infancia o regular la inmigración. El problema es que son instrumentos de control a través de programas como el “crédito social”, que premia o castiga conductas. Herramientas voluntarias, pero de las que nadie podrá escapar, so pena de quedarse fuera del sistema, sin acceso al trabajo o a servicios, sin poder realizar gestiones básicas.
En China el “Cyberspace ID” vincula a millones de usuarios en un documento digital, con rostro y número de teléfono, que da acceso, en un clic, a aplicaciones y trámites de todo tipo. India ha optado por Aadhaar, un modelo que permite a 1.300 millones el acceso a subsidios, servicios básicos y cuentas ban

LA RAZÓN Opinión

Raw Story
AlterNet
New York Magazine Intelligencer
Voice of Alexandria Sports