A los 93 años, Molina, el protagonista de uno de los episodios más decisivos y controvertidos de la historia reciente de España, se encuentra en estado crítico en Valencia, tras haber recibido la extremaunción. El hombre que el 23 de febrero de 1981 encabezó el intento de golpe de Estado en el Congreso de los Diputados vive sus horas finales arropado por una extensa familia que, más de cuatro décadas después, sigue marcada por aquel apellido que aún evoca una fecha grabada en el imaginario colectivo: el 23-F.

Casado con Carmen Díez Pereira -hija de guardia civil y maestra-, formó una familia numerosa y disciplinada , muy en consonancia con su época. Seis hijos: tres hombres y tres mujeres. De ellos, muchos han mantenido la tradición castrense y el fuerte arraigo religioso que

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