El reciente robo al Museo de Louvre en París, Francia, y las secuelas de la acción, han colmado los titulares de la prensa internacional y llamado la atención de millones de personas en el mundo, situación que hace recordar que no es la primera vez que un hecho de ese tipo ocurre en el famoso recinto.
De acuerdo con la prensa internacional, el famoso museo parisino ha sufrido varios robos a lo largo de su historia. El primero de ellos el 21 de agosto 1911 cuando desapareció 'La Gioconda', de Leonardo Da Vinci, también conocida como 'La Mona Lisa'.
Ese día, Vincenzo Peruggia, un pintor italiano que había trabajado en el museo, escondió la pintura bajo su bata de trabajo y salió con ella del lugar. Su plan era devolverla a Italia, convencido de que pertenecía a su país de origen.
El cuadro estuvo desaparecido durante más de dos años , hasta que el propio Peruggia intentó venderlo en Florencia. El episodio cambió la historia del arte y la obra de da Vinci se convirtió en icono mundial.

Otro robo fue en 1971 , cuando desapareció del Louvre el cuadro La Vague (La ola) , del pintor francés Gustave Courbet. La obra, de dimensiones medianas, fue sustraída de una sala secundaria y nunca se recuperó. A pesar de los esfuerzos de la policía, no se hallaron pistas concluyentes, y el caso fue archivado. Luego, en 1983 , fueron sustraídas dos piezas de armadura del siglo XVI fuera del horario de apertura del museo. El caso no se resolvió hasta décadas después, cuando los objetos fueron localizadas en una colección privada en Alemania.
Para 1998 se ejecutó el robo de 'Le Chemin de Sèvres' ('El camino a Sèvres'), de Camille Corot, una obra del siglo XIX que nunca se recuperó y se considera el último gran robo al Louvre , antes del perpetrado este 2025, cuando un grupo de ladrones sacó nueve joyas de la colección de Napoleón y la emperatriz , entre ellas un collar, un broche y una tiara valorados en 88 millones de euros, unos 102 millones de dólares.
Guerrilleros en el Louvre
Un caso poco recordado o quizá olvidado intencionalmente por la prensa occidental debido al contexto político en el que se produjo, ocurrió el 16 de enero de 1963 , cuando un grupo guerrillero, alzado contra el represivo régimen anticomunista de Rómulo Betancourt en Venezuela —conocido por su infame lema: "¡Disparen primero y averigüen después!"— secuestró cinco cuadros enviados a Caracas , en calidad de préstamo, por el Museo de Louvre de Francia.
La historia es detalladamente narrada en el libro 'Asalto armado al Museo de Bellas Artes', de Élida Salazar, texto que fue publicado por la Fundación Editorial 'El perro y la rana' y presentado este 2025 en la XXI Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven).

Acción política de las FALN
El venezolano y profesor de Historia, Eligio Damas, recuerda en un artículo que cuando se ejecutó el secuestro de las piezas del Louvre en Caracas, que llegaron a la capital venezolana para la exposición " Cien años de pintura francesa", en el Museo de Bellas Artes, uno de los líderes de aquella acción fue ' Máximo Canales ', un joven que estaba a cargo del comando urbano 'Livia Gouverneur' de la guerrilla venezolana Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) , para entonces considerada como brazo armado del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
De acuerdo con una reseña de la Cámara de Comercio de Caracas, las obras que retenidas por el grupo guerrillero fueron:
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Flores en un vaso de cobre , de Vincent van Gogh.
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Bañistas , de Paul Cézanne.
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Naturaleza muerta , de Pablo Picasso.
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Naturaleza muerta con peras , de George Braque.
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Naturaleza muerta (con abanico) , de Paul Gauguin.
La acción guerrillera tuvo impacto mundial y la compararon con el robo de 'La Gioconda', en 1911. Lo que no se sabía para entonces era que Canales —de tan solo 19 años y conocido posteriormente por su verdadero nombre: Paúl del Río — era también pintor, escultor y artista plástico, aunque aquella definición no era de su gusto porque le parecía " cursi ", según narra el periodista venezolano Clodovaldo Hernández.
Aquella estrategia política de las FALN fue la primera de una serie de operaciones de alto impacto planificadas por el grupo rebelde y tenía como objetivo, al igual que las otras, centrar la atención del mundo en las acciones antidemocráticas del Gobierno de Betancourt, un aliado clave de EE.UU. contra el comunismo, especialmente durante la Guerra Fría.
Además del secuestro de estas pinturas, la FALN ejecutó en febrero de 1963 la toma del buque carguero 'Anzoátegui', la retención del famoso futbolista argentino Alfredo Di Stéfano en agosto de ese mismo año, el ataque al tren de El Encanto en septiembre y el secuestro contra el segundo jefe de la Misión Militar de EE.UU. en Venezuela , el coronel Michael Smolen, el 9 de octubre de 1964.

¿Cómo se llevaron las pinturas en Caracas?
Cuando la mencionada guerrilla ejecutó la acción, informó que su objetivo era retener las obras del Louvre "mientras el presidente Betancourt prosiguiera en el poder". Aquella sustracción fue ejecutada a las 3:15 de la tarde , cuando "el museo estaba repleto de estudiantes", describió el periodista venezolano Víctor Manuel Reinoso en una crónica titulada "El robo de los cuadros", publicada en la revista Élite el 26 de enero de 1963.
El día del secuestro de las pinturas, detalla Reinoso, el comando urbano 'Livia Gouverneur' de las FALN irrumpió en el Museo de Bellas Artes, luego que sus miembros se infiltraran entre los visitantes de la exposición, que fue inaugurada el 21 de diciembre de 1962 por el propio presidente Betancourt.
La exhibición, que estaba asegurada en 50 millones de dólares antes de salir de París , fue asaltada en una operación relámpago de solo 10 minutos. El grupo rebelde, conformado por unos 25 guerrilleros —10 de ellos en acción directa—, entre ellos Máximo Canales, tomaron al personal civil y de seguridad, y los encerraron en una sala para llevarse las cinco obras, que para entonces sumaban entre todas un seguro por 750.000 dólares.

La extinta y controvertida Policía Técnica Judicial (PTJ), señalada de cometer masacres, desapariciones, falsos positivos y crímenes de lesa humanidad contra civiles y militantes comunistas , dirigida por el comisario Remberto Uzcátegui, respondió con una búsqueda masiva que incluyó la entrada de la fuerza pública a los espacios de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Según las autoridades, habían indicios de que allí se habían ocultado los cuadros, una acción que fue defendida por el Ministerio de Relaciones Interiores, bajo la dirección de Carlos Andrés Pérez , quien años despúes llegaría a la Presidencia de la República. Para ese momento, la administración de Betancourt acusó de "estudiantes armados" a los ucevistas, lo que desató una fuerte controversia con las autoridades universitarias.
El motivo, el error y la captura
Durante la noche del jueves, luego de un día de la retención de las pinturas, la FALN envió un comunicado a la agencia France Presse (AFP) para avisar que las había dejado en un "pipote" [cubo] de basura y "frente a la Jefatura Civil de la Plaza Candelaria", un sobre que "contenía un manifiesto", relató Reinoso.
"En el pedían 'disculpas' al pueblo francés y señalaban que no se trataba de un robo , sino de una acción contra el gobierno del presidente Betancourt. Indicaban que las pinturas no sufrirían daño alguno y que serían retenidas mientras el presidente Betancourt prosiguiera en el poder", agrega la crónica de Reinoso.
Luego de 74 horas, detalló el periodista, el secuestro de los cuadros se resolvió. Según Reinoso, la FALN cometió un error estratégico al dar " la pista " a la PTJ , a través de una publicación en el periódico del PCV, Tribuna Popular, de que planeaban entregar las obras al entonces senador Arturo Uslar Pietri.

La información permitió a la policía anticiparse y detener a los guerrilleros, que tenían con ellos las pinturas, durante un operativo que interceptó a tiros el vehículo donde se trasladaban los rebeldes camino a la residencia de Uslar Pietri. Los agentes hirieron y capturaron a los estudiantes universitarios Luis Alberto Monsalve Valdés y Winston Bermúdez Machado en la Avenida Ávila de La Florida, justo antes de que llegaran a la residencia del senador.
Tras la recuperación de las obras, el entonces director del Museo de Bellas Artes, Miguel Arroyo, inspeccionó las pinturas en una conferencia de prensa realizada el 23 de enero dentro de la sede policial. "Se inclinó sobre cada una de las 5 obras maestras, cuyo robo había hecho vivir 75 horas del más espectacular suspenso a Venezuela. Los fotógrafos se atropellaban tomándolo junto al van Gogh, al Cézanne, al Gauguin, al Picasso o al Braque. Por fin se volvió hacia los periodistas que esperaban sus palabras como una sentencia", contó Reinoso.
"Su cara estaba más roja con el calor de las potentes lámparas de los noticieros de TV. Dijo, feliz: 'Están intactas. No han sufrido deterioro alguno'. Se inclinó de nuevo sobre 'Flores en un vaso de cobre', cuadro pintado por Vincent van Gogh en 1889, y agregó: ' Solo este tiene dos rayitas muy fáciles de hacer desaparecer '", narró el periodista.
La exhibición fue reabierta brevemente al público el 7 de febrero y fue clausurada apenas cinco días después, el 12 de febrero, justo el día en que en Venezuela celebra el Día de la Juventud para conmemorar la Batalla de La Victoria (1814) y honrar el sacrificio de los jóvenes que lucharon por la independencia, bajo el mando del general José Félix Ribas.
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