El Gobierno del presidente Gustavo Petro puso sobre la mesa una pregunta histórica: ¿reescribir la Constitución de 1991? Y la plantea en un momento en el que la economía todavía no despega como se esperaba: el FMI prevé un crecimiento del 2,5 % para 2025 y la inflación continúa golpeando los bolsillos con un 5,18 % anual en septiembre, según el Dane.

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Además, la aprobación del mandatario sigue alrededor del 37 % (Invamer), un reflejo claro de la inquietud ciudadana antes de un año electoral clave.

La discusión ya no es solo de expertos o de política: toca de lleno la vida del ciudadano común. ¿Qué pasará con mi empleo? ¿Con mi pensión? ¿Con los servicios que recibo? ¿Con las reglas del juego que han regido durant

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