Antonio Jesús jamás pensó que el negocio en el que estaba invirtiendo le costaría tanto. Después de que una empresa de inversiones falsa le convenciera por teléfono para meter dinero, comenzó a pedirle que invirtiera cada vez más.
Ahogado por las deudas y los préstamos, Antonio Jesús terminó perdiendo 156.000 euros en unas inversiones que jamás existieron. "Te insisten todos los días hasta que un día te convencen para que inviertas con ellos ", nos cuenta, " yo les colgué el teléfono diez veces hasta que caí".
Pese a que intentó ocultárselo a su familia, su mujer terminó descubriéndolo y se separó . Aquello fue el principio del fin de Antonio Jesús, que cayó en una profunda depresión de la que jamás pensó que se recuperaría.
Sin embargo, con el tiempo aprendió que debía usa

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