Los jardines son un entorno ideal para que pulgas y garrapatas proliferen, ya que ofrecen humedad moderada, vegetación densa y zonas de sombra donde estos parásitos pueden refugiarse. Además, el tránsito de mascotas o animales salvajes facilita su presencia.

Aunque ambos se alimentan de sangre, no pertenecen a la misma familia: las pulgas son insectos, mientras que las garrapatas son arácnidos, emparentadas con las arañas. Más allá de las molestias de sus picaduras, estas plagas pueden transmitir enfermedades tanto a humanos como a mascotas, por lo que es importante prevenir infestaciones.

Una opción natural y estética para proteger el jardín consiste en plantar especies repelentes que actúan como barreras olfativas y decorativas.

Romero

Aromático y repelente: el romero protege tu jard

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