Hoy, la difusión de aplicaciones maliciosas que buscan robar información personal y financiera se ha convertido en un problema que afecta a millones de usuarios en todo el mundo.

Durante los últimos años, el número de aplicaciones fraudulentas ha aumentado de manera significativa.

Los ciberdelincuentes han perfeccionado sus estrategias, logrando que muchas de estas apps pasen inadvertidas, incluso en tiendas oficiales.

Su impacto no solo se limita a la pérdida de datos o dinero, sino a la falta confianza en las plataformas digitales y en los mecanismos de seguridad de las compañías tecnológicas.

Uno de los principales efectos de estas aplicaciones es la sustracción de información sensible, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos biométricos.

En algunos casos, l

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