Por Astrid Arellano

Mongabay Latam

A finales de 2018, mientras recorrían el Páramo de Almorzadero , en Santander, monitores comunitarios encontraron dos cóndores andinos (Vultur gryphus) tendidos en el suelo. Aunque seguían con vida, presentaban signos evidentes de envenenamiento . Tras el aviso oportuno, se logró organizar un operativo que trasladó a las aves al Parque Jaime Duque, en Cundinamarca, donde comenzó su proceso de rehabilitación. Ambos sobrevivieron y recibieron nombres: Illika , una hembra adulta, y Dasan , un macho juvenil. Antes de regresar a su hábitat —en una liberación celebrada como un hito para la conservación en Colombia—, fueron equipados con rastreadores satelitales . Así, casi dos meses después, emprendieron el vu

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