La política catalana, fallecida este viernes, formó parte desde sus inicios de la aventura de crear el PSC

Anna Balletb ò nos ha dejado. De repente. De forma inesperada, del modo expeditivo con que ella se expresaba, nos ha dicho “adiós”. Lo primero que hago, al escribir esta nota de urgencia, es un intento de resumir su personalidad.

Anna ha sido, por encima de cualquier otra cosa, una mujer con curiosidad, coraje y tenacidad. Tenía unas ganas de saber innata que la llevaron, en su vida profesional y política, a tocar todas las teclas. Quería saber de las cosas, no solo tener referencias superficiales. De su experiencia profesional explicaba a menudo que había aprendido que existen hechos, y que para comprenderlos no basta con una sola fuente: hay que contrastar visiones diferentes y a

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