En línea con Francisco, que los promovió y les abrió las puertas del Vaticano desde el comienzo de su pontificado, el Papa León XIV reivindicó contundentemente el papel de los movimientos populares “ante una sociedad dominada por sistemas injustos”. Fue al encontrarse por primera vez con dirigentes de esas agrupaciones sociales, provenientes de una treintena de países, entre los que se contaban varios de la Argentina, en el marco de un coloquio en la Santa Sede.
Se trató del Quinto Encuentro Internacional de Movimientos Populares, ocasión en la que el pontífice ratificó que “la Iglesia apoya sus luchas justas por la tierra, el techo y el trabajo” -las famosas tres “T” que había señalado su antecesor- y les dijo que los considera “campeones de la humanidad, testigos de la justicia, poetas

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