Héctor “N”, conocido como “El Chesman”, ha sido vinculado a proceso por su presunta responsabilidad en el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez. Este crimen ocurrió en octubre de 2024, cuando el sacerdote fue atacado a tiros en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. La Fiscalía General de la República (FGR) ha señalado que, además de su probable participación en el homicidio calificado del párroco, “El Chesman” también está vinculado a un delito de asociación delictuosa. Se le identifica como presunto líder del grupo criminal “Los Motonetos”, que opera en la región.

La FGR ha informado que el proceso penal se inició tras la recopilación de pruebas que sugieren que el imputado pudo haber coordinado e instruido a los autores materiales del crimen. En este contexto, se ha dictado prisión preventiva oficiosa y se ha establecido un plazo de seis meses para la investigación complementaria.

El padre Marcelo Pérez, de 51 años, fue asesinado el 20 de octubre de 2024, justo después de ofrecer misa en un barrio popular. Su labor se centró en la defensa de los derechos de los pueblos originarios y en la promoción de la paz en comunidades indígenas. A un año de su muerte, familiares y miembros de la Diócesis de San Cristóbal han expresado su preocupación por la falta de avances en la investigación, señalando que no se han identificado a los autores intelectuales del crimen.

La diócesis ha calificado el asesinato como un acto "político y estructural", advirtiendo que una justicia que no aborde a los autores intelectuales ni desmantele las redes criminales es solo una simulación. En los últimos dos años, al menos 13 miembros de la Iglesia católica han sido asesinados en Chiapas, lo que refleja la creciente violencia del crimen organizado en comunidades marginadas.

La Iglesia ha jugado un papel crucial en la búsqueda de acuerdos para promover la paz en diversas localidades, lo que ha puesto en riesgo la seguridad de sus integrantes. Recientemente, otro sacerdote, Bertoldo Pantaleón Estrada, fue encontrado muerto tras dos días de desaparición en Guerrero, lo que ha intensificado la preocupación por la seguridad del clero en México. La investigación sobre el asesinato del padre Marcelo Pérez continúa abierta, con la FGR buscando a otros posibles implicados en el caso.