Obtenido por fin, 9 años después, el severo pronunciamiento condenatorio al llamado “Reino de España” por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, por haber violado los derechos de las dos demandantes –víctimas en diciembre de 2016 de una doble violación sexual en Pamplona/Iruña, mediando su previo sometimiento a la conocida como “sumisión química”– a no ser sometidas a torturas o tratos inhumanos y degradantes, y a su integridad física y moral, como consecuencia de las que no dudaré en calificar de anómalas actuaciones policial, fiscal y judicial, que llevaron a que estos hechos ni siquiera fueran juzgados.

Dado que la sonora condena del alto Tribunal Europeo lo es a las tres instancias (policial, fiscal y judicial), no estaría de más que en un acto colecti

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