“No puedes jugar esas cartas”, “tienen que portarse bien”, “mi amigo Bibi está loco”, “eres una hermosa mujer”, “estás haciendo un gran trabajo”: con frases así, un poco vacuas, un tanto insustanciales, va Donald Trump manejando el mundo.

Porque, ¿qué quiere decir que una frase es vacua, qué supone que sea insustancial, si es el presidente de los Estados Unidos quien la profiere? Si en cierto modo suenan ligeras (tan ligeras como él), asumen al instante un peso máximo (el mismo que porta él). Y si el de las cartas es Volodímir Zelenski, y él amaga con dejarlo librado a su suerte, es decir, a su desgracia, es decir, a Vladimir Putin, y si los que tienen que portarse bien son los feroces terroristas de Hamas, y si su amigo Bibi no es sino el feroz criminal de guerra Netanyahu, y si la hermo

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