La guerra por el Internet satelital ha terminado, y Starlink ha ganado por KO técnico. Los operadores tradicionales que dependen de satélites geoestacionario no solo no pueden competir, sino que están viendo cómo su base de clientes se desmorona. Y lo que la compañía planea desbloquear con Starship no deja lugar a dudas: la compañía de Elon Musk ya no mira a sus antiguos rivales. Su nuevo objetivo es la banda ancha terrestre, incluida la fibra óptica.
La vieja guardia, borrada del mapa. Los datos de Ookla son demoledores. Con su megaconstelación de satélites a 550 km sobre la Tierra, la conexión de Starlink no solo es dos veces más rápida que la de HughesNet o Viasat, sino que ofrece una latencia media de 45 ms, mientras que sus competidores de la órbita geoestacionaria se mueven en el

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