Donald Trump, su mayor exponente, fundó la academia de extremistas para captar pupilos en el mundo. Con gestos que reflejan neurosis, desquiciamiento, desprecio, arrogancia y mucha crueldad, pretende gobernar el planeta.

Esos defectos y anomalías son del agrado de muchos, llevándolo a convertirse en el más mediático de los políticos modernos.

El ególatra septuagenario no es solamente un peligro para la humanidad, también lo es para el mismo EEUU, al punto que numerosas plataformas de redes sociales y medios masivos de comunicación con origen en ese país, se vieron obligados a bloquearlo.

Cuando dijo con su cara embojotada y un súbito cinismo, “Cuando salí tenía al gobierno de Venezuela en el suelo y estaba a punto de tomar gratis su petróleo (When I came out, I had the Venezuelan govern

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