El insólito extravío de "Naturaleza muerta con guitarra", un pequeño cuadro de Pablo Picasso de apenas 12,7 x 9,8 centímetros y más de un siglo de historia, volvió a revelar que trasladar arte es una tarea compleja, cara y vulnerable a fallos humanos. La obra, envuelta y precintada, desapareció en un edificio de Madrid cuando debía ser trasladada de la casa de su dueño a una muestra en Granada. Por veinte días toda España la buscó y siguió el caso como un robo de arte.

Se lo había llevado la portera pensando que era un paquete del correo.

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