Un gobierno de corte social que trabaja en favor de los más necesitados, que ha emprendido transformaciones institucionales de gran alcance, que ha elevado su compromiso con los más vulnerables a rango constitucional, que se ha propuesto rescatar empresas paraestatales al borde de la quiebra por malas gestiones del pasado y que impulsa obras de infraestructura con potencial de generar ganancias económicas a mediano y largo plazo… ese mismo gobierno, respaldado por una mayoría histórica, se desdibuja y desacredita si no protege a la naturaleza y su diversidad que constituyen el sostén de la nación.

La naturaleza y su geografía, base de nuestra existencia, deben ser sujetos de protección constitucional con entidad propia. En este aspecto, un gobierno progresista debería enfocarse. Sin embar

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