Más de 2.660 personas han acudido en el último mes hasta la Casa de Campo y entre los árboles y el lago se han encontrado un autobús muy distinto a los azules de la EMT: blanco, achatado y lo más llamativo, sin conductor. Es una de las apuestas más recientes del Ayuntamiento de la capital para posicionar a Madrid como líder de la automatización de vehículos. Las pruebas del transporte público autónomo, que finalizaron este viernes, han llegado con un pan bajo el brazo: el anuncio del alcalde, José Luis Martínez-Almeida , de que a partir de 2032 la ciudad quiere contar no solo con vehículos terrestres sin conductor, sino también con aeronaves.
Son proyectos que, al menos los terrestres, ya se ven en ciudades como San Francisco o en distintas partes de China desde hace tiempo. El

El Confidencial

New York Post