El escritor leonés Julio Llamazares mantiene un vínculo especial con Aragón desde que en 1988 publicó La lluvia amarilla , esa oda a la despoblación rural que situó en el pueblo abandonado de Ainielle (Huesca). Ahora, esa ligazón se ha estrechado aún más con El viaje de mi padre (Alfaguara), en el que el autor recorre el periplo protagonizado por su progenitor durante la guerra civil y que le llevó a combatir en la batalla de Teruel , Quinto o Caspe.

«Aragón para mí es fundamental porque he escrito y he pateado mucho estas tierras. De hecho, yo me siento un poco aragonés, porque hay que tener en cuenta que la patria de un escritor siempre es su literatura », subraya el autor, que mantiene muchos vínculos de amistad en la comunidad que le hacen «sentir como en casa».

Asegura

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