China ha logrado convertir el desierto de Talatan, de ser una extensión árida, a una zona clave para la energía limpia. Los científicos de la Universidad de Tecnología de Xi’an demostraron que cubrir grandes áreas desérticas con paneles solares no solo produce electricidad, sino que también mejora el ecosistema local de forma duradera.
El estudio publicado en Nature se centró en el Parque Fotovoltaico Gonghe , una instalación de 1 gigavatio ubicada en la provincia montañosa de Qinghai. Allí, los investigadores observaron cómo la sombra de miles de paneles alteró el microclima , redujo la evaporación del suelo y aumentó la humedad relativa. Este cambio favoreció la aparición de nueva vegetación y la proliferación de microorganismos, demostrando que los desiertos pueden servir c

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