La seguridad no debe ser un privilegio geográfico

En la Ciudad de México vivimos una paradoja que duele y preocupa: la distancia entre la percepción de seguridad y la realidad que enfrentamos diariamente en las calles. En una ciudad tan compleja y desigual como la nuestra, la seguridad se ha convertido en un privilegio geográfico o, peor aún, en un tema de mercadotecnia política. Mientras las autoridades se esfuerzan por cuidar la imagen de los territorios “seguros”, la vida cotidiana revela otra historia: la de una ciudad fragmentada, donde el miedo cambia según tu código postal.

De acuerdo a los resultados del tercer trimestre de 2025 de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la percepción de inseguridad en la capital aumentó de 58.6 por ciento a 63 por ciento. En

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