El silencio se convirtió en un bien cada vez más escaso en las grandes urbes , donde el ritmo acelerado, el tráfico constante y el ruido ambiental dominan la vida cotidiana.

Esta saturación sonora impulsó un cambio de paradigma: el silencio ahora se percibe como una forma de lujo, asociado al bienestar físico y mental , y surge una tendencia clara a buscar experiencias de desconexión, según expertos y estudios citados por Vogue .

El costo invisible de la contaminación acústica

El impacto del ruido en la salud es significativo. En espacios como Nueva York , los niveles de decibelios en el metro pueden superar los 107, una cifra que excede los límites recomendados para la audición cuando la exposición es diaria y prolongada, según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud

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