Aunque los abrazos normalmente se consideran una muestra de afecto, algunas personas usan el contacto físico para controlar a sus parejas, según demuestra un estudio recientemente publicado en Current Psychology.

«El contacto físico en las relaciones románticas adultas no siempre es afectuoso. De hecho, la forma y el lugar del contacto pueden comunicar una amplia gama de mensajes, algunos de los cuales están dirigidos a lograr control social. […] El contacto físico puede usarse para infligir daño emocional, establecer dominio o inducir la sumisión de la pareja», reza el texto.

En su investigación, Richard Mattson, profesor de Psicología en la Universidad de Binghamton, y su equipo encuestaron a 512 estudiantes para analizar «el lado oscuro del contacto». Los científicos descubrieron que

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