Lejos de la ostentación, la princesa Elisabeth de Bélgica ha optado por la discreción y la elegancia natural para conmemorar su cumpleaños número 24. El palacio difundió un nuevo retrato de cumpleaños el pasado fin de semana que no solo celebra su crecimiento personal, sino que consolida su imagen como una de las herederas europeas más prometedoras de su generación.

Un retrato que refleja madurez y serenidad

En la fotografía oficial, la princesa aparece con un vestido azul de líneas simples y hombros descubiertos, un diseño que equilibra sobriedad y modernidad. El fondo oscuro y la iluminación suave dirigen toda la atención hacia ella sin necesidad de coronas ni símbolos reales. Su expresión tranquila, la postura relajada y los pendientes discretos crean una imagen de autoridad serena,

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