Entre 2019 y 2021, Elliott Abrams fue una de las caras más visibles del primer intento de Donald Trump de sacar a Nicolás Maduro del poder en Venezuela.

Pocos días después de reconocer al dirigente opositor Juan Guaidó como presidente interino del país, Trump designó a Abrams como su enviado especial a Venezuela.

Diplomático curtido bajo diferentes presidentes — ocupó cargos con Ronald Reagan, George Bush hijo y Trump —, Abrams asumió el encargo de contribuir a la campaña para la caída del gobierno chavista de Venezuela, que finalmente no se produjo.

Estados Unidos y sus aliados reconocieron a Guaidó y exigieron la renuncia de Maduro, al que acusaban de fraude electoral y violaciones de los derechos humanos, y el entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, insinuaba la po

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