Carlo Ancelotti se vio obligado a intervenir desde la distancia, y a hablar con uno de sus antiguos pupilos para intentar poner calma. Porque aprovechó la magnífica relación que sigue manteniendo con Vinícius Júnior para pedirle que rectificara, y que no se vuelvan a repetir comportamientos como el que tuvo en el Clásico. Y es que es inaceptable que se marchara directamente al vestuario, sin saludar al entrenador, Xabi Alonso, ni al compañero que ocupó su lugar en el campo, Rodrygo Goes.

A pesar de la victoria de su equipo, el Real Madrid, contra el eterno rival, el Barça , esto no fue suficiente para que el ex del Flamengo abandonara el césped con una sonrisa . Y fue abucheado por su propia afición, quien le acusó de ser egoísta, y de priorizar su felicidad antes que el resultado

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