Con base en el ideario ilustrado, la tradición que llamamos progresista incluye en parte a figuras que desconfiaron abiertamente del progreso. No todos los pensadores que en el XIX afrontaron la cuestión social atendiendo a las reivindicaciones de las clases populares, aunque vinculados por intereses comunes, siguieron caminos similares en su impugnación del orden capitalista. Sumado a la escuela libertaria, hubo un socialismo no marxista que renegaba de la civilización moderna, contemplaba con horror las consecuencias de la Revolución industrial y se inspiraba en una visión idealizada de los gremios medievales. A ella perteneció William Morris, precursor de la conciencia ecológica y compañero de viaje de los prerrafaelitas, que aunó el esteticismo con la agitación política desde una origi

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