Al Guasón le fue mal, salió de cacería y terminó cazado. En vez de resultar beneficiado, amaneció en la pequeña celda de Politucupita esposado.

La historia comenzó a las 3 pm de este domingo, N. Martínez Castillo, alias él Guasón, albañil de profesión, divisó en lontananza una bella Batichica Warao en la plaza Bolívar de Tucupita Gótica.

Atrapado por su mirada, el galán de 64 sintió maripositas en el estómago al observar a aquella Diosa Kaya, proveniente del Puerto Gótico de Volcán.

Con unos churupitos en el bolsillo decidió invitarla a una sopa y a libar la botella de un Santo, que hace más estragos en la gente que un tanque de guarapita y masacra con el ratón.

De allí fueron a su residencia en El Torno Gótico, donde siguió otra botella y otra y otra y otra, hasta que el licor pasó fa

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