La culpa y el miedo al desconocimiento afloran cuando los padres reciben el diagnóstico de su hijo y las siglas son TDAH (Trastorno de déficit de atención con hiperactividad). «No te preocupes, el mundo no se acaba». Es lo que le dijeron a Fabiola D'Agostino con su hija de catorce años. Y lo tuvo claro, su nueva misión fue hacerle entender a ella «que no estaba enferma, lo que ocurre es que su cerebro funciona de otra manera».
Fabiola se volcó en ayudar a su hija y en ir más allá, reflotar junto a una nueva junta directiva la Asociación TDAH de Toledo, un colectivo que nació en 2009 con el objetivo de ofrecer servicios, dar visibilidad a este trastorno del neurodesarrollo, acompañar a las familias y compartir herramientas y estrategias para su manejo. Una buena amiga convenció a Fabiola,

La Tribuna de Toledo

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