Aston Martin cerró el Gran Premio de México con sabor amargo. La carrera puso en evidencia las carencias del monoplaza y Fernando Alonso no tardó en expresar su descontento. El asturiano señaló tanto la falta de competitividad del coche como la gestión de la primera curva, donde, según su visión, varios pilotos se beneficiaron tomando atajos sin que la dirección de carrera actuara al respecto.

En contraste, Mike Krack optó por rebajar el tono de la polémica. El director de la escudería reconoció que entendía el enfado de Alonso —sobre todo tras un fin de semana lleno de dificultades—, pero recordó que el equipo ya era consciente de que México era un trazado poco favorable para ellos. La altitud, la falta de agarre y las complicaciones para mantener la temperatura óptima fueron fact

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