parece no tener fin. Desde que su nombre se vinculó a Jeffrey Epstein, el financiero estadounidense acusado de tráfico sexual y hallado muerto en prisión en 2019, la reputación del segundo hijo de la difunta reina Isabel II no ha dejado de tambalearse. Lo que comenzó como un caso judicial ha derivado en un terremoto institucional que sacude a los cimientos de la británica.
A sus 65 años, el príncipe Andrés sigue negando las acusaciones de abuso sexual presentadas por la estadounidense , quien asegura haber sido víctima de Epstein y obligada a mantener relaciones con el entonces duque de York. Sin embargo, el peso de la opinión pública y la presión política han resultado insoportables. Andrés renunció a sus títulos y en octubre de 2025, incluyendo el uso del histórico título de Duque d

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