Por Félix Estrada

México atraviesa un periodo de calma aparente. Las cifras oficiales muestran una economía estable, un gobierno con amplio respaldo político y una sociedad que, en su mayoría, mantiene confianza en la conducción del país. Sin embargo, bajo esa superficie se perciben signos de agotamiento institucional y de pérdida de dirección estatal. En los ámbitos económico, político y social, el país enfrenta un proceso de estancamiento que amenaza con prolongar la inercia y reducir su capacidad de transformación.

En materia económica, el crecimiento previsto para 2025 ronda el 0.7 %, según la OCDE, mientras el Fondo Monetario Internacional estima un déficit fiscal de 4.5 % del PIB, el más alto en una década. La inflación se mantiene cercana al 4 %, y el empleo formal avanza con lent

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