La biodiversidad del planeta atraviesa uno de sus momentos más delicados . Cada año desaparecen especies que han habitado la Tierra durante miles de años, y muchas otras están al borde del colapso. Según datos recientes, más de 10 000 especies podrían extinguirse en las próximas décadas si no se actúa a tiempo.

Las razones son múltiples: pérdida de hábitat, caza furtiva, tráfico ilegal o el impacto del cambio climático . La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) es hoy un espejo preocupante de esta realidad, donde se acumulan nombres que hace poco parecían a salvo. En 2025, algunos animales enfrentan una situación crítica y se han convertido en símbolos de la urgencia por proteger la vida silvestre. Animales protegidos

Especies que están al límite

Vaquita marina (Phocoena sinus)

Este pequeño cetáceo mexicano, que habita el Golfo de California, es ya casi un fantasma. Quedan menos de diez ejemplares en libertad , atrapados entre la pesca ilegal y la indiferencia global. Su población ha sido víctima colateral de las redes utilizadas para capturar otra especie, la totoaba, cuyo buche se vende a precios astronómicos en el mercado negro. Si la vaquita desaparece, no sólo se perderá una especie única, sino también el equilibrio de su frágil ecosistema.

Leopardo del Amur (Panthera pardus orientalis)

Considerado uno de los grandes felinos más raros del planeta , el leopardo del Amur apenas sobrevive en las heladas regiones entre Rusia y China. Menos de 100 individuos se mantienen en libertad, acosados por la caza furtiva y la destrucción de los bosques donde vive. Pese a algunos esfuerzos de conservación, su futuro sigue pendiendo de un hilo.

Rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus)

El más escaso de los rinocerontes vive en el sudeste asiático y su número apenas supera unas pocas decenas. Durante décadas fue cazado por el valor de su cuerno, y hoy sus selvas tropicales están siendo arrasadas por la expansión agrícola. Su desaparición sería una tragedia ecológica y simbólica: un recordatorio del precio que paga la naturaleza por nuestro consumo desmedido.

Pangolín

Este curioso mamífero, cubierto de escamas , es tristemente famoso por ser el animal más traficado del mundo. Sus escamas se usan en la medicina tradicional y su carne se vende como un lujo en algunos países asiáticos. La caza indiscriminada ha diezmado sus poblaciones. Sin embargo, cumple un papel esencial en la naturaleza, ya que regula las poblaciones de insectos. Sin pangolines, los ecosistemas pierden un valioso equilibrio. Pangolín

Jirafa del norte (Giraffa camelopardalis)

Aunque las jirafas suelen parecer seguras en la sabana africana , algunas de sus subespecies están gravemente amenazadas. La jirafa del norte, por ejemplo, cuenta con apenas unos pocos miles de individuos . La caza furtiva y la pérdida de hábitat han reducido drásticamente sus números. Es un recordatorio de que incluso los animales más emblemáticos no están a salvo.

Las causas detrás de la extinción

El patrón se repite una y otra vez.

  • La pérdida de hábitat sigue siendo la principal amenaza: deforestación, expansión agrícola, incendios y urbanización están reduciendo los espacios naturales.
  • La caza y el tráfico ilegal alimentan un mercado multimillonario que no se detiene ni ante las leyes internacionales.
  • El cambio climático altera los ecosistemas, modifica los patrones de lluvia y temperatura, y empuja a muchas especies fuera de sus zonas de confort.
  • Las especies invasoras también desempeñan un papel destructivo, desplazando a los animales nativos o transmitiéndoles enfermedades.
  • Y, por último, la lenta reproducción de muchas especies amenazadas hace que su recuperación sea extremadamente difícil incluso cuando las condiciones mejoran.

Cada una de estas causas tiene algo en común: todas provienen de la actividad humana.

Por qué su desaparición nos afecta

Podría parecer que perder una especie es un problema lejano, pero su impacto es profundo. Cada animal cumple una función en su ecosistema : los grandes herbívoros mantienen los paisajes abiertos, los depredadores controlan las poblaciones de presas, los insectívoros regulan plagas. Cuando una pieza del engranaje desaparece, el sistema entero se resiente.

La pérdida de biodiversidad también pone en riesgo los servicios naturales de los que dependemos: la polinización de los cultivos, la purificación del aire y del agua, o la estabilidad del clima. En otras palabras, salvar a las especies es salvarnos a nosotros mismos.

Qué se está haciendo y qué podemos hacer

Afortunadamente, no todo son malas noticias . Existen proyectos en marcha que están marcando la diferencia:

  • La creación de reservas naturales y corredores biológicos permite que las especies se muevan y se reproduzcan con seguridad.
  • Los programas de cría en cautividad y reintroducción están ayudando a recuperar poblaciones de animales casi perdidos, como el cóndor de California o el caballo de Przewalski.
  • Las leyes contra la caza y el tráfico ilegal , junto con las campañas de educación ambiental, están ganando terreno poco a poco.
  • Además, cada vez más comunidades locales participan en p royectos de eco-turismo sostenible , donde la conservación genera ingresos y oportunidades.
  • A nivel personal, también podemos contribuir : consumir responsablemente, apoyar organizaciones dedicadas a la conservación, reducir el uso de plásticos y, sobre todo, informarnos y sensibilizar a otros.

Un futuro en nuestras manos

El 2025 es un punto de inflexión: todavía estamos a tiempo de evitar una catástrofe ecológica. Cada gesto cuenta, cada decisión suma. La extinción no es inevitable, pero la indiferencia sí puede serlo.

Lecturas recomendadas

Animales en peligro de extinción y biodiversidad

Al borde de la extinción