El Liverpool fue uno de los grandes animadores del mercado de verano. Partía de una base excelente, la que le dio la Premier la pasada temporada, pero tiró la casa por la ventana y se gastó un pastizal para recuperar la hegemonía continental.

Primero rompió la hucha con el gran talento alemán, Wirtz (125 millones). Cubrió la baja de Alexander-Arnold con Frimpong (otros 40 millones, también al Leverkusen). ‘Remendó’ el lateral zurdo con el húngaro

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