En una provincia donde los silencios tienen relieve, hay pueblos que ofrecen algo más que descanso: ofrecen el lujo de la calma. Esta selección reúne localidades de Cuenca en las que la baja densidad, el patrimonio y el paisaje permiten una desconexión auténtica para los habitantes de las metrópolis -desde las cercanas Madrid y Valencia a otras más remotas- y también de las ciudades medianas y pequeñas. La vida slow para un puente, un fin de semana o, quién sabe, la vida entera.

Moya, la ciudad que parece haberse quedado dormida

En lo alto de la Serranía Baja, Moya (con una altitud de 1.019 metros sobre el nivel del mar, 1.149 en el punto más alto) fue una de las villas fuertes de la Castilla medieval. Conserva restos amurallados, varias iglesias y las ruinas de un castillo sobre u

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