Micromentarios | Israel, el Estado llorón

28/10/2025.- Cuando estudiaba bachillerato en el caraqueño liceo Luis Ezpelosín, tuve un compañero de estudios llamado Roberto, que era insoportable.

No podría acusársele de buscapleitos porque nunca retaba a nadie, pero tenía la mala costumbre de saludar con un golpe en los hombros, los brazos o la espalda.

Tal golpe no tenía carácter cariñoso, pues era dado con suficiente fuerza como para resultar molesto y doloroso.

Estos golpes —solo propinados si uno estaba de espaldas— no los dirigía en exclusiva contra los estudiantes masculinos. También algunas de las chicas recibían su ración diaria. Es más, si sus víctimas poseían una personalidad tranquila o se mostraban débiles, este compañero de clases usaba con ellas más fuerza y violencia.

Yo e

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