Con la llegada del otoño y los primeros cambios bruscos de temperatura, los resfriados y las gripes vuelven a hacer acto de presencia. Es la época del año en la que el sistema inmunitario se enfrenta a su mayor reto, y aunque no existe una fórmula mágica para no enfermar, la alimentación juega un papel clave para reforzar nuestras defensas naturales.
Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health , mantener una dieta equilibrada y rica en micronutrientes como las vitaminas A, C, D, E, el zinc y el selenio es fundamental para que el sistema inmunitario funcione correctamente. Una carencia de alguno de estos nutrientes puede aumentar la vulnerabilidad frente a virus respiratorios.
Frutas y verduras: tu primera barrera natural
Los cítricos —como la naranja, el limón o el po

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