Barcelona "Es difícil mantenerse al margen de los señores de la droga, siguen teniendo mucha influencia. Hay gente que se une por miedo. Son intocables. Querían que trabajara para ellos, y yo me negué". El estibador del Puerto de Barcelona Carlos L. ha declarado este martes en un juicio que él vive como víctima: cuatro hombres, dos de ellos agentes de los Mossos d'Esquadra, se sientan en el banquillo de los acusados por haber puesto droga y armas en su coche en 2016 e intentarlo involucrar en un delito. Los hechos se juzgan en una sala pequeña de la Audiencia de Barcelona y Carlos L. ha hablado a menos de un metro de los cuatro acusados. "No, yo no los conocía", afirmó mientras repasaba, uno a uno, a los cuatro hombres. Uno de ellos respondió también negando con la cabeza.

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