Desde lo alto de las montañas del sur de Nariño, donde la conectividad es débil pero la vocación educativa firme, el profesor Jorge Armando Tobar Ceballos está liderando una revolución silenciosa con ayuda de sus estudiantes de noveno grado. Juntos crearon a Damián, un robot educativo capaz de enseñar lenguaje y matemáticas a niños de primaria y, más asombroso aún, capaz de reconocer sus emociones antes de empezar cada lección.

Damián no vino de una multinacional ni fue ensamblado en un laboratorio de Silicon Valley. Nació en el grupo BrainyBots, un semillero de ciencia y esperanza, dentro de una institución educativa rural. La metodología STEAM+S (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte, Matemáticas y Sociedad) fue la brújula: no solo para integrar saberes, sino para pensar la tecnol

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