Se me alargó este último fin de semana y he perdido, por suerte, la frecuencia de la voraz y veloz actualidad patria. Me permitirán ustedes que hoy les escriba o hable de una variedad de pequeñas y grandes cosas varias, vamos que les someta un texto heterogéneo. Empecemos con el imprescindible buen humor: Desde luego, ha quedado patente lo bien cierto que es, sin referirme a concepto tan elevado y raro de felicidad, que «la alegría va por barrios». Aún me secaba yo las risueñas lágrimas por la ovación cerrada que el grupo parlamentario popular había brindado a su amado líder, Feijóo, tras este afirmar que «…se aplaude al indecente…», cuando mi vicepresidenta preferida (guiño para supuestos apolíticos, que no apartidistas, equidistantes), Yolanda Díaz, se me enerva y regala al popular Senad

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