El 29 de octubre de 1992, el Congreso de los Diputados ratifica el Tratado de la Unión Europea, conocido como Tratado de Maastricht, con un respaldo casi unánime: solo tres votos en contra, procedentes de Herri Batasuna (HB), y ocho abstenciones de Izquierda Unida. La sesión, marcada por la ausencia de intervenciones de líderes como Felipe González y José María Aznar, reflejó el consenso político en torno a la integración europea, aunque algunos portavoces de la oposición, como Rodrigo Rato (PP), cuestionaron la capacidad del Gobierno para cumplir los requisitos económicos del acuerdo. En paralelo, Italia ratificó el tratado con una mayoría similar, consolidando el avance hacia la unión económica y monetaria.

La defensa más apasionada del tratado vino de Miquel Roca, portavoz de Converg

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