Hace cuarenta años Mecano cantaba que No es serio este cementerio, una traviesa canción donde los muertos salen a dar una vuelta, eso sí, sin pasar de la puerta… Quizá fue la primera canción donde la muerte no está vista desde un lado lúgubre. Ese ‘espíritu’ es el que propone Miguel Blanco en su Salamanca de Muerte cuando pasea el cementerio San Carlos Borromeo de la capital.

Blanco hace que nadie muere del todo, porque logra que se sigue hablando de ellos, de sus vidas y de sus legados. Si además, esos nombres están asociados a una actividad que dejó huella en la sociedad que les tocó vivir, no solo sus familiares los recuerdan, también la historia.

Miguel Blanco, de Salamanca de Muerte , explica en su paseo por el cementerio San Carlos Borromeo, que la muerte nos iguala, pero

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