Guadalajara.— “Ahí viene el Charoláis [raza de toro]”, decía el Chololo Larios, campeón del mundo, cuando veía llegar a Saúl Álvarez al gimnasio “Julián Magdaleno”, cerca del centro de esta ciudad. Su peculiar personalidad, “pecosito, pelo rojo y con físico muy fuerte, llamaba la atención”, recuerda José Chepo Reynoso.

Rigoberto Álvarez, hermano mayor del Canelo, fue quien llevó (a los 13 años de edad) al pequeño pelirrojo al gimnasio de los Reynoso, porque sabía que quedaba “en buenas manos”.

“Cuando llega aquí, tenía 13 años. Un muchachito muy fuerte, pecosito, de pelo rojo. El Chololo Larios le decía el Charoláis porque parecía un torito... Era muy fuerte, pero no cabeceaba ni en los velorios. Siempre adentro, tirando y tirando golpes”, recuerda Chepo Reynoso, en conversación con EL U

See Full Page