Un sencillo gesto como dar un ramo de flores o una flor del campo. Olerla, secarla, guardarla de recuerdo o incluso enmarcarla. Cada pétalo recoge el amor de quien las regala, y en el día de Todos los Santos los cementerios de todo el mundo se llenan de estos arreglos y coronas para recordar a los que ya no están con nosotros.

Una tradición que se remonta miles de años atrás. De hecho, la primera tumba de la que se tiene constancia que llevaba flores data de hace 13.000 años, según los enterramientos de la Edad de Piedra descubiertos en Israel. Desde entonces, la mayoría de las sociedades y religiones han adoptado el uso de flores y pétalos en los rituales de despedida, desde Babilonia a Egipto hasta la América prehispánica o la India.

Para llenar de color y vida las lápi

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