trae consigo decoración, disfraces, gominolas y algunos sustos. Hay quienes viven ese día como niños, y adornar su casa e incluso las zonas comunes de la urbanización se convierte en toda una tradición. Sin embargo, no todos los vecinos apoyan este tipo de actividades, ya que pueden resultar molestas, lo que en ocasiones puede enfrentar a la comunidad de vecinos.
La establece una serie de limitaciones sobre el uso y decoración de las zonas comunes del edificio, así como los derechos que cada propietario o inquilino tiene para modificarlas. En concreto, el artículo 7.1. de la Ley de Propiedad Horizontal asegura que los propietarios únicamente pueden modificar la decoración del interior de su vivienda sin poner en riesgo la seguridad o modificando el aspecto general del edificio.
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